Aproximadamente el 60% de la población holandesa está asegurada en las cajas de enfermedad por prescripción legal. El Estado fija el conjunto de servicios incluidos en este seguro y establece la prima del mismo. El resto de la población debe concertar un seguro privado. En este caso, las compañías de seguros fijan las cuotas, que generalmente dependen del riesgo de enfermedad del asegurado. Puesto que ello implicaba la imposición de primas muy altas a los ancianos y enfermos crónicos, el Estado intervino: este grupo dispone de un seguro especial cuya cobertura y prima fija el Estado.